“En una oficina
trabajaban cuatro individuos llamados Alguien,
Cualquiera, Nadie y Todo el Mundo.
Cuando había que hacer algo, Todo el
Mundo pensaba que Alguien lo
haría. Cualquiera podía hacerlo,
pero Nadie lo hizo. Alguien se puso nervioso porque Todo el Mundo lo hubiera podido hacer. Al
final, Todo el Mundo se enfadó con Alguien porque Nadie hizo lo que Cualquiera
debía haber hecho.”
Esta suerte de trabalenguas viene
a resumir una de las cuestiones que ayer salieron en la reunión de nuestro
Seminario permanente: la responsabilidad diluida. Teresa Franquesa –bióloga y
educadora ambiental en el Ayuntamiento de Barcelona- escribió hace años sobre
ello, comparando nuestra manera de afrontar los problemas socioambientales a la
reacción de un grupo de gente ante una
situación comprometida, como pudiera ser el ahogamiento de una
persona.
La sesión empezó muy seria, parecía que nos lo sabíamos todo, pero... |
Ayer contamos con alguien muy
especial, nada más y nada menos que Julio Majadas Andray, artífice de este
programa e ‘instigador’ de otros muchos que se han ido poniendo en marcha en
diferentes territorios. No nos contó nada nuevo, pero provocó un debate en
torno a qué se hace en los colegios, cómo se hace y, sobre todo, para qué. Una
profesora compartió la pequeña frustración de comprobar cómo su alumnado “hacía
las cosas porque se lo decían, pero no porque las asumieran.” Y aquí, empezaron
a surgir las preguntas, no sé si incómodas, pero sí inspiradoras.
Quizá sea cierto que nos hemos
inventado un ‘palabro’ de cuidado con esto de las ecoauditorías, pero… ¿de
verdad tenemos tan claro lo que son? Vale, sí, entonces ¿por qué nos metemos
prisa para obtener resultados, por qué competimos con nuestra propia visión de
la educación en valores –si asumimos que es un proceso leeeeento-, por qué nos adelantamos
dando ‘nuestras’ soluciones a problemas que todavía ni se han identificado como
tales por parte del alumnado?
El debate podía haber quedado
zanjado con un concluyente “a mí me da igual como esté el patio” (que era el
ejemplo concreto sobre el que nos habíamos centrado), pero había que darle alguna
vuelta más, porque esos temas o ejes sobre los que trabajamos son solo un mero
recurso. La excusa con la que se alcanzan ciertas mejoras, se logra una suerte
de punto álgido –alguien así lo definió-, y “en cuanto te descuidas y cambias
el foco pareciera que es un volver a empezar.” En ese punto me acordé de Sísifo,
porque creo que a quienes estáis en las escuelas os pasa un poco como al
personaje mítico, vuestra ‘condena’ es transportar sin cesar un roca hasta la
cima de una montaña, desde donde la piedra vuelve a caer por su propio peso.
Menos mal que siglos después vino el bueno de Albert
Camus a reinterpretarnos el mito, y decirnos que es precisamente la
conciencia de ese absurdo la certeza de nuestro destino: nuestra liberación.
Todo cambia, nuestros centros
escolares cambian, pero cambian porque cambian las personas que por ellos
pasan. Todos los cursos tenéis nuevas matrículas, todos los años los claustros
cambian. Los problemas ambientales cambian continuamente, se podría decir que
hasta se aceleran, y todos los comienzos de curso tenéis que enfrentaros al
reto –vuestra particular piedra- de enseñar a pensar y a saber hacer a otras personas.
¿A qué problemas tendrán que enfrentarse en el futuro? Da igual, y por eso también
da igual que el patio esté sucio, vuestra tarea es seguir empujando la piedra,
no para que encuentren las respuestas sino para que sepan formularse las
preguntas.
En el CEIP San Pedro, de Baltanás, este año están diseñando su camino escolar, pero no descuidan el huerto puesto en marcha años anteriores... |
Y vuelta a empezar, nunca se sabe
qué hecho fortuito les llevará a una conciencia colectiva, pero vuestra labor seguro que está haciendo
que “todo sea diferente, que sus casas tengan las puertas más anchas, los
techos más altos, los pisos más firmes.” Puede que no sean capaces de salvar al
bañista al borde del acantilado, pero… ¿y si un día aparece en sus vidas ‘el ahogado más
hermoso del mundo’?
El pasado 15 de marzo el CEIP Conde de Vallellano, de Ampudia, hizo su particular #15MClimático... |
Gracias Esther.
ResponderEliminarRecoges estupendamente la sesión de formación que tuvimos. Me gusta lo que escribes y cómo lo describes. Seguimos teniendo la suerte de contar con gente estupenda en nuestro camino. Gracias