viernes, 29 de marzo de 2019

El ahogado más hermoso del mundo




“En una oficina trabajaban cuatro individuos llamados Alguien, Cualquiera, Nadie y Todo el Mundo. Cuando había que hacer algo, Todo el Mundo pensaba que Alguien lo haría. Cualquiera podía hacerlo, pero Nadie lo hizo. Alguien se puso nervioso porque Todo el Mundo lo hubiera podido hacer. Al final, Todo el Mundo se enfadó con Alguien porque Nadie hizo lo que Cualquiera debía haber hecho.”

Esta suerte de trabalenguas viene a resumir una de las cuestiones que ayer salieron en la reunión de nuestro Seminario permanente: la responsabilidad diluida. Teresa Franquesa –bióloga y educadora ambiental en el Ayuntamiento de Barcelona- escribió hace años sobre ello, comparando nuestra manera de afrontar los problemas socioambientales a la reacción de un grupo de gente ante una situación comprometida, como pudiera ser el ahogamiento de una persona.

La sesión empezó muy seria, parecía que nos lo sabíamos todo, pero...
Ayer contamos con alguien muy especial, nada más y nada menos que Julio Majadas Andray, artífice de este programa e ‘instigador’ de otros muchos que se han ido poniendo en marcha en diferentes territorios. No nos contó nada nuevo, pero provocó un debate en torno a qué se hace en los colegios, cómo se hace y, sobre todo, para qué. Una profesora compartió la pequeña frustración de comprobar cómo su alumnado “hacía las cosas porque se lo decían, pero no porque las asumieran.” Y aquí, empezaron a surgir las preguntas, no sé si incómodas, pero sí inspiradoras.

Quizá sea cierto que nos hemos inventado un ‘palabro’ de cuidado con esto de las ecoauditorías, pero… ¿de verdad tenemos tan claro lo que son? Vale, sí, entonces ¿por qué nos metemos prisa para obtener resultados, por qué competimos con nuestra propia visión de la educación en valores –si asumimos que es un proceso leeeeento-, por qué nos adelantamos dando ‘nuestras’ soluciones a problemas que todavía ni se han identificado como tales por parte del alumnado?


El debate podía haber quedado zanjado con un concluyente “a mí me da igual como esté el patio” (que era el ejemplo concreto sobre el que nos habíamos centrado), pero había que darle alguna vuelta más, porque esos temas o ejes sobre los que trabajamos son solo un mero recurso. La excusa con la que se alcanzan ciertas mejoras, se logra una suerte de punto álgido –alguien así lo definió-, y “en cuanto te descuidas y cambias el foco pareciera que es un volver a empezar.” En ese punto me acordé de Sísifo, porque creo que a quienes estáis en las escuelas os pasa un poco como al personaje mítico, vuestra ‘condena’ es transportar sin cesar un roca hasta la cima de una montaña, desde donde la piedra vuelve a caer por su propio peso. Menos mal que siglos después vino el bueno de Albert Camus a reinterpretarnos el mito, y decirnos que es precisamente la conciencia de ese absurdo la certeza de nuestro destino: nuestra liberación.

Todo cambia, nuestros centros escolares cambian, pero cambian porque cambian las personas que por ellos pasan. Todos los cursos tenéis nuevas matrículas, todos los años los claustros cambian. Los problemas ambientales cambian continuamente, se podría decir que hasta se aceleran, y todos los comienzos de curso tenéis que enfrentaros al reto –vuestra particular piedra- de enseñar a pensar y a saber hacer a otras personas. ¿A qué problemas tendrán que enfrentarse en el futuro? Da igual, y por eso también da igual que el patio esté sucio, vuestra tarea es seguir empujando la piedra, no para que encuentren las respuestas sino para que sepan formularse las preguntas.

En el CEIP San Pedro, de Baltanás, este año están diseñando su camino
escolar, pero no descuidan el huerto puesto en marcha años anteriores...
Y vuelta a empezar, nunca se sabe qué hecho fortuito les llevará a una conciencia colectiva,  pero vuestra labor seguro que está haciendo que “todo sea diferente, que sus casas tengan las puertas más anchas, los techos más altos, los pisos más firmes.” Puede que no sean capaces de salvar al bañista al borde del acantilado, pero… ¿y si un día aparece en sus vidas ‘el ahogado más hermoso del mundo’?

El pasado 15 de marzo el CEIP Conde de Vallellano, de Ampudia, hizo su
particular #15MClimático...

1 comentario:

  1. Gracias Esther.
    Recoges estupendamente la sesión de formación que tuvimos. Me gusta lo que escribes y cómo lo describes. Seguimos teniendo la suerte de contar con gente estupenda en nuestro camino. Gracias

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