miércoles, 13 de marzo de 2019

¡Corregidnos!


Febrero nos ha dejado una media de temperaturas máximas 7º C más altas que el mismo mes del año pasado, lo que apunta a que, si bien 2016 sigue siendo el año más caluroso desde que se tienen registros, 2019 pueda superar este récord. También es cierto que el refranero popular nos dice que “en febrero busca la sombra el perro”, o sea, que no es raro que a estas alturas del año, los contrastes de temperatura en un mismo día sean grandes, o dicho de forma sencilla, a mediodía nos sobra la chaqueta, pero a la noche te pelas de frío. Este mes es conocido como ‘febrerillo el loco’, con lo cual no es extraño que todo el mundo haya recordado, mientras tomaba algo en una terraza, que hacía solo un año media España estaba cubierta de nieve.

Más allá de dichos populares, lo que a nadie se le escapa es que el cambio climático es un hecho irrefutable. Y a quien menos le pasa desapercibido es a esa juventud que empezó movilizándose los viernes, con paros en sus institutos, y ha conseguido organizarse en una suerte de huelga global ’15M-Climático’. Durante la ‘guerra fría’ hubo una sobreabundancia de novelas y películas de ciencia ficción –algunas de dudosa factura-, en que las invasiones extraterrestres eran una evidente metáfora ante la amenaza nuclear.

Si hubiese vida inteligente más allá de nuestro Planeta –a veces me pregunto si queda algo de ella en este…-, y les diera por invadirnos, seguramente sus advertencias irían por otro camino. Sin intención de mirarnos el ombligo a los territorios más afortunados del globo, resulta que en Europa la contaminación atmosférica es ya responsable de más muertes que las que causan el tabaco o los accidentes de coche. Quienes vivimos en ciudades atestadas de tráfico -¿y cuál no lo es ahora?- convivimos con enemigos invisibles, las partículas PM 2,5, tristemente famosas estas semanas de situación anticiclónica, en las que en ausencia de viento, algunas ciudades se han visto obligadas a aplicar sus Protocolos contra la Contaminación.

Y si solo fuera el cambio climático… En nada entramos en un ciclo electoral sin precedentes en nuestro país: el adelanto de las elecciones generales, nos deja un escenario en el que, sin apenas digerir sus resultados –sin duda, determinantes para la tendencia de voto en otras instituciones-, estaremos de nuevo en campaña. A mí siempre me entra la duda de quién se lee a fondo los programas, más allá de frikis (tengo un amigo que lo hace y, además, con comparativas por temas) y dirigentes de campañas electorales. Pero, desde este foro que, aparentemente, no tiene nada que ver con estos temas, me voy a atrever a invitaros a hacerlo y a sospechar, sí, simplemente eso, sospechar, de cualquier opción política que no contemple medidas rotundas y complejas frente a estos grandes desafíos.

Miguel Delibes, el ilustre escritor meseteño, decía que desconfiáramos de quienes presentan soluciones sencillas a problemas complejos. Hoy, Miguel Delibes de Castro, hijo del escritor y director durante años de la Estación Biológica de Doñana, y heredero de su reciedumbre castellana, lo dice bien claro: “Os vamos a dejar una Tierra peor que la que recibimos a vuestra edad. Corregidnos.”

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