miércoles, 16 de mayo de 2018

Tradición e innovación




El pasado jueves, en mi visita norteña, también estuve en el CEIP Las Rozas. Entrar en el centro fue casi hacer un viaje en el tiempo: este año está inmerso en un proyecto en torno a la Montaña Palentina y me topé con una exposición sobre su tradición y cultura, la agricultura, ganadería y minería que han dado forma y carácter al paisaje y paisanaje de estas tierras y atesoran un patrimonio material e inmaterial de cuidado.



Montar algo así y, además, programar todas las actividades paralelas para que el alumnado conozca esas tradiciones es una tarea, sin duda, muy absorbente. Aún así, el cole no pierde el rumbo de los tres pilares sobre los que se asienta su modelo educativo: el bilingüismo, las nuevas tecnologías y el medio ambiente. Bajo este último pilar han incorporado el tema de los residuos como estrategia de centro. Así, por ejemplo, cada año al matricularse, el nuevo alumno o alumna recibe un embudo para la recogida de aceite y una bolsa de rafia para la separación de papel y cartón y envases en sus casas.

Este año han pasado unas encuestas para conocer la actitud y los hábitos en los hogares en lo que a residuos se refiere. Los resultados muestran aspectos muy comunes a cualquier otro lugar, desde la excusa de la falta de espacio en casa para separar las distintas fracciones, la falta de información o la confusión entre distintos materiales, como es el caso del vidrio y el cristal. Así que, además de ponerse en contacto directamente con Ecoembes –la entidad que se encarga de la recogida y gestión de envases en toda España- para que les faciliten pósters informativos, se han planteado hacer visitas personalizadas a las comunidades y a las familias para resolver todas las dudas y persuadirles de su necesaria colaboración.

Pero todo esto ya para el curso próximo, al igual que el concurso de fotografía propuesto por el propio alumnado para sensibilizar a todo el barrio. Precisamente, en una de las reuniones regulares que mantiene la Comisión Ambiental del centro, también surgió la idea, motivada por estudiantes de música, de elaborar instrumentos musicales con materiales reciclados. Y una muestra de los originales diseños que han surgido será lo que compartirán con el resto de centros en el encuentro provincial del próximo 5 de junio.




Eduardo –coordinador desde hace años del programa Escuelas para la Sostenibilidad en el centro- me contaba que, quizá por el peso de otros proyectos, por la dificultad de darle continuidad a un proceso de ecoauditoría con claustros cambiantes cada curso, puede parecer que no se ha trabajado lo suficiente a nivel interno. Sin embargo, además de aprender con sus explicaciones cómo funciona una comunidad de aprendizaje, me quedé con esa forma de trabajar que implica tener una mirada algo camaleónica: sin descuidar la labor educativa en el propio colegio, esforzarse para que esta incida positivamente más allá de unas puertas siempre abiertas, en las familias, para el barrio, hacia toda la comunidad…

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