Dejamos atrás un intenso trimestre y, en particular, unas
jornadas en que se han celebrado todo tipo de efemérides. Como sabéis, el 21 de
marzo es el Día Mundial de los Bosques, que este año nos ha querido llamar la
atención sobre la concentración de la población mundial en ciudades y la importancia
de los bosques urbanos en la salud y calidad de vida.
Cada 22 de marzo nos invitan a celebrar el Día Mundial del
Agua, reconocida como un derecho humano básico desde 2010. En esta ocasión el
lema ha sido ‘La naturaleza al servicio del agua’ que, no sé si estaréis de
acuerdo conmigo, resulta algo confuso: pareciera que el agua fuera ajena a la propia
naturaleza y menos mal que hemos llegado la humanidad para -después de haber
intervenido en los ciclos naturales, de que nuestras actividades hayan generado
un impacto global nunca visto, y de comprobar que todo ello afecta a nuestra
supervivencia y bienestar- caer en la cuenta de que hemos de buscar soluciones
basadas en la naturaleza para reequilibrar el ciclo del agua, mitigar los
efectos del cambio climático, mejorar nuestra salud y proteger nuestros medios
de subsistencia.
Y sin descanso, nos plantamos en el 23 y el 26 de marzo, Día
Meteorológico Mundial y Día Mundial del Clima, respectivamente, que nos
recuerdan que el cambio climático es el principal reto al que tenemos que
enfrentarnos, asumiendo que ya es un hecho y poniendo el acento, eso sí, más en
medidas de adaptación que en soluciones que vayan a la raíz del problema.
Cualquiera de estos días puede ser una excusa para visibilizar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS),
la forma que desde 2015 han tomado los anteriormente conocidos como Objetivos
de Desarrollo del Milenio. Este año la acción
conjunta y voluntaria a la que se os invita desde ESenRED es enlazar alguno de ellos con una de las actividades que hayáis
desarrollado en vuestros centros.
Hay días para todo y desde esta ventanita os queremos desear un feliz descanso con una poesía, aprovechando que el pasado 21 de marzo también conmemoramos su día. Su autor, Georges Perec, pertenecía
al grupo experimental OuLiPo,
una banda de autores bastante flipados que hicieron de la escritura un juego: desde prescindir de una vocal para escribir
un texto a componer una poesía con una suma de infinitivos. En cualquier
caso, esperamos que sea una invitación a eso que buscamos en vacaciones, algo parecido a una mudanza, aunque sea simbólica…
Mudarse
Dejar un
apartamento. Desocupar una casa. Levantar el campo. Despejar. Ahuecar el ala.
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