viernes, 28 de septiembre de 2018

Adivina, adivinanza...

Si os preguntara cuál de estas dos imágenes representa un patio escolar, ¿con cuál os quedaríais? La respuesta da un poco igual, lo llamativo del asunto es la similitud entre los patios de muchos colegios y el patio de una cárcel.

Imagen de una de las presentaciones de la Jornada ‘Entornos Escolares Saludables’,

Niños y niñas pasan de media entre seis y diez horas semanales en el patio de su colegio que, en casos extremos de zonas muy densificadas, puede representar el único equipamiento deportivo y de juego del barrio. Bajo estas premisas –y dentro del Plan Madrid Ciudad de los Cuidados- se puso en marcha el Proyecto de Cuidados de los Entornos Escolares, una experiencia piloto para intentar definir los criterios de intervención en dichos espacios.

El equipo MICOS –formado por dos arquitectas y un ecólogo paisajista- hizo, en primer lugar, un diagnóstico de los patios, que se podría resumir en que “son espacios simplificados y homogéneos, carentes de relieve, sombra y vegetación, donde el único espacio de juego provisto es el deportivo competitivo. La consecuencia de estos patios es la exclusión, de género, de capacidades e intereses. En ellos se desincentiva la actividad física no estructurada y la interacción social, frenando el desarrollo psico-físico de niños y niñas.”

Es fácil deducir que, aunque el tamaño en este caso sí importa –dado que más espacio promueve mayor actividad física -, es aún más importante su calidad, con diferentes equipamientos, espacio verde… que faciliten un desarrollo integral (físico, mental, cognitivo y emocional), al potenciar habilidades e intereses diversos y una mayor autonomía de los y las menores en la gestión de su tiempo de ocio.

Este estudio preliminar sirvió para elaborar, un año después, la Guía de Diseño de Entornos Escolares, estructurada en tres bloques: criterios de intervención, ejemplos de aplicación de la metodología, y una caja de herramientas que, salvando las diferencias, sean de utilidad a quienes quieran aplicarla a otros espacios y procesos.


En estos procesos es deseable que esté implicada toda la comunidad educativa, incluidas las familias. Pero está claro que lo que se pretende es incentivar la participación de niños y niñas. Una de las personas que más ha trabajado –en sus múltiples facetas como docente, investigador, divulgador y dibujante- a favor de la ciudadanía plena de niños y niñas es Francesco Tonucci, autor de todo un clásico que no debería faltar en nuestras estanterías, ‘La ciudad de los niños’. Su lema es bien sencillo y en torno a él ha girado su proyecto: si una ciudad es adecuada para niños y niñas, es una ciudad buena para todo el mundo. 

“Los maestros deberían aprovechar los momentos de libertad y juego de los chicos para observarlos, ver los aspectos de su carácter y las actitudes que normalmente en clase no se revelan, no para usarlas contra ellos, sino para conocerlos más." Francesco Tonucci.

La escuela absorbe gran parte del tiempo de niños, niñas y adolescentes, pero no constituye en exclusiva su geografía vital: su familia, su historia, su barrio. Esta primavera se ha celebrado en Pontevedra la I Bienal Internacional de Educación en Arquitectura para la Infancia y la Juventud, un intercambio de experiencias para reconocer el potencial transformador que tienen los proyectos educativos en los que las herramientas arquitectónicas y artísticas son solo el medio para conseguir espacios urbanos más aptos, más habitables, más seguros… Como veis, este es un viaje de ida y vuelta, de la ciudad al colegio y de la escuela al barrio, en el que tenemos que encontrar fórmulas que hagan ganar en autonomía y protagonismo a sus habitantes más vulnerables.

viernes, 21 de septiembre de 2018

Acupuntura y movilidad


Una amiga que se había trasladado de Madrid a una ciudad de provincias, me dijo en una ocasión que no sabía cuándo sacaba la gente tiempo para leer el periódico. Y es que ella, en la capital, llegaba al trabajo con las noticias leídas en los tres cuartos de hora que tardaba en llegar desde su casa en metro.

Estos días se celebra la Semana Europea de la Movilidad, que culminará mañana con el Día sin Coches. España lidera la participación en esta iniciativa, con casi medio millar de ciudades adheridas y cerca de tres mil medidas permanentes presentadas en la pasada edición. Este año el lema apuesta por la multimodalidad, o sea, pensar y adaptar la forma de movernos a las actividades y el destino de nuestro trayecto.


Con el coche ocurre una cosa muy curiosa: se ha convertido en una suerte de ‘vaca sagrada’… ¿que no lo veis? Vale, pues plantearos lo siguiente. ¿Cómo es posible que consideremos un derecho movernos con una máquina que contamina y hace ruido –amén de los recursos naturales que consume su fabricación-, y para la que ‘exigimos’ un espacio público de doce metros cuadrados, cada vez que no la necesitamos, donde dejarla muerta de risa, parada y ociosa?

Carlos Fuentes escribió en ‘Los años con Laura Díaz’ que el coche es ‘la máquina que gobierna nuestras vidas más que ningún gobierno’. Desconozco si había leído a André Gorz, que vio claro que el coche está concebido como un artículo de lujo y, como tal, no se puede democratizar. O dicho de otro modo, el uso masivo del automóvil privado se ha convertido en una perversión social, haciendo que nadie pueda gozar de sus supuestas bondades.

La semana pasada visitó España el arquitecto brasileño Jaime Lerner –el que fuera alcalde de Curitiba, cuyo sistema de transporte revolucionó- y vaticinó nada menos que la desaparición del automóvil: “Será solo para viajes y ocio, no para ciudad.” A su edad, se puede permitir reírse de modas como las smart cities, que califica de tonterías, porque lo que hace falta para resolver la movilidad es que la gente viva y trabaje cerca. De lo contrario, a medida que se ensanchen las calzadas se estrechará la mentalidad…

Igual ya hemos llegado a ese punto y ahora toca hacer acupuntura urbana, término que el propio Lerner acuñó, o como lo llama Isabela Velázquez, retejer la ciudad y recuperar lo que siempre le ha dado sentido y, seguramente, la salvará: la vida en común.

viernes, 14 de septiembre de 2018

Llámalo energía, mejor todavía…


Comienza el curso con ese tipo de noticias que te arreglan el cuerpo: la subida de la luz en torna a un 10%. Hace tiempo se decía que la prima a las renovables era el motivo por el que se encarecía la factura. Pero por excusas, que no quede: que viene un año seco y no hay agua en los pantanos, ah, pues será por eso; que en Francia entra en paro alguna central nuclear, la subida es porque crece la demanda... El caso es que este año ha sido especialmente lluvioso: en julio, por ejemplo, hubo un 157% más de producción hidroeléctrica que en el mismo mes del año anterior y, sin embargo, el precio de la energía de aquel mes se saldó con 48,63€ MW/h, mientras que el pasado julio hemos pagado el megawatio hora a 66,88€… ¿alguien lo entiende?

Ahora parece que la causa radica en que los precios de materias primas, como el carbón y el gas –que alimentan las centrales térmicas convencionales y las de ciclo combinado-, se han disparado en el mercado internacional. Y para rematar de complicar el asunto, resulta que también han subido los derechos de emisión de CO2 que las compañías pagan en el mercado mayorista y que se repercute en nuestras facturas. La cosa está tan caliente, que la próxima semana comparecerá en el Congreso la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, para anunciar los planes del gobierno en aras de contener esta subida de precios, entre ellos, cómo desligar de la factura final los costes del CO2.

Si la mayoría de mortales necesitaríamos dos vidas solo para entender el recibo que nos llega a casa, no es de extrañar que pensemos aquello de que ‘no hay nadie al volante’ al ver cómo suben y bajan los precios de la electricidad como si de una montaña rusa se tratase. Pero sí que lo hay…


Pese a la liberalización del mercado eléctrico es fácil deducir que sigue existiendo de facto un oligopolio formado por las grandes compañías del sector, o sea, Iberdrola, Endesa y Naturgy (surgida de la fusión entre Gas Natural y Unión Fenosa). Por este motivo, hace algo más de un año, la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético lanzó la campaña #UnMillónSeSale para animar a la ciudadanía a contratar los servicios a través de las pequeñas comercializadoras y cooperativas que –aprovechando, precisamente, la liberalización del mercado- han ido surgiendo en todo el territorio y que, no solo impulsan el ahorro y la eficiencia energética, sino que garantizan un abastecimiento a partir de energías renovables y, con su crecimiento y el aumento de la demanda de este tipo de fuentes, empujan a que todo el sistema eléctrico bascule hacia su incremento.

Estas iniciativas surgen por tres motivos fundamentales: por entender que la energía es un bien básico de primera necesidad; al asumir que en un contexto de cambio climático un modelo energético basado en combustibles fósiles es insostenible; y para convertir el acceso a la energía en una herramienta de participación e incidencia política. EnergÉtica es una cooperativa que en apenas cuatro años de existencia ha superado ya los 1000 contratos y ha recibido el Premio a la Mejor Iniciativa Cooperativa 2017 de Castilla y León.

Bienes comunes, sostenibilidad, participación, supongo que os suenan. ¿Os imagináis decidir en asamblea el precio de la electricidad que consumís? Pues eso, llámadlo energía…

martes, 4 de septiembre de 2018

Los osos hibernan


Por más que los años empiecen oficialmente en enero, algo pasa cuando llega septiembre. Seguramente tenga que ver con el solsticio de verano, un final de ciclo que anticipa ese período en el que el mundo se para y nos morimos… un poco. La hiperactividad se ha convertido en la seña de identidad de nuestros días, en los que no solo el trabajo nos programa, el ocio y el descanso también buscan su hueco en las agendas. Cuando llega agosto, ese mes en el que –tanto si estamos de vacaciones como si no- las rutinas saltan por los aires, es como si nos desvaneciéramos. O puede ser, quizá, que una parte de nuestro cerebro quedase programada –después de tantos cursos lectivos siguiendo el calendario escolar- para reiniciarse en estas fechas y, como por inercia, empezáramos a marcarnos nuevos propósitos. Si los osos hibernan, los humanos –al menos, en estas latitudes- agostamos. Septiembre es como volver a nacer.

Para ir desperezándonos, os traemos el vídeo en el que hemos tratado de sintetizar lo que dio de sí, el pasado 5 junio, el encuentro provincial de Escuelas para la Sostenibilidad. Compartir los logros de cada uno de los centros con el resto de la red, ampliar la mirada más allá de nuestro entorno cercano, buscar inspiración en otras iniciativas, y vislumbrar que la labor colectiva encierra una dimensión mayor que la suma de las partes, puede servirnos de acicate para arrancar un nuevo curso. En unas semanas, estaréis ya perfilando el tema, el diagnóstico o las acciones, según el caso, de lo que abordaréis durante este año. Y hablando de ampliar el horizonte…


No nos queda nada para un próximo encuentro, esta vez el de nuestra red estatal. Del 17 al 20 de octubre se celebrará en Alcaraz (Albacete) la IV Confint Estatal bajo el lema ‘La escuela: agente de cambio’. Y por lo que vamos conociendo del programa, el equipo manchego parece que nos va a conquistar. Habrá 8 talleres para jóvenes con un planteamiento que parte del diagnóstico de las evidencias locales de un problema concreto, enlaza con la reflexión sobre la incidencia y responsabilidad a escala global, y termina con una propuesta de comunicación como compromiso hacia la resolución de dicho problema. Como veis, el esquema de trabajo es equivalente al de las ecoauditorías que aplicamos en Escuelas para la Sostenibilidad.

Los temas que se van a abordar pasan por el efecto del cambio climático en la migración de aves, la valoración de la calidad de las aguas fluviales a partir de bioindicadores, la pérdida de biodiversidad, los incendios forestales y su relación con la desertificación, el impacto de la globalización económica en la soberanía alimentaria, el agotamiento de los recursos naturales, la transformación del paisaje, y la despoblación rural. Antes del 21 de septiembre cada red tiene que confirmar la asistencia de 3 de sus docentes y 12 jóvenes, que irán en representación de dicha red y tendrán la oportunidad de contar, a través de un objeto tangible, el proceso que ha desarrollado su centro en el ámbito de la sostenibilidad, relacionándolo con alguno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Sí, ya sé que estáis pensando que esto de empezar el curso llenándoos las agendas no casa mucho con la renuncia a la hiperactividad, pero… ¿no os parece una propuesta más que sugerente, además de la excusa para renacer en este septiembre recién estrenado?