miércoles, 6 de marzo de 2019

¡Es la entropía, estúpido!


"Quien no quiera tomar nota de que la noción de 'progreso' necesita una reformulación profunda después de 
Auschwitz, Hiroshima, Chernobil, Bhopal, la fractura Norte-Sur y la crisis ecológica mundial, quizá sea algo peor que tonto." 
Jorge Riechmann, ‘Gente que no quiere viajar a Marte’.



Comisión Ambiental en el CEIP Alonso Berruguete,
de Paredes de Nava, el pasado 25 de febrero.

La semana pasada visité Paredes de Nava: una de las reuniones mensuales de la Comisión Ambiental del CEIP Alonso Berruguete fue la excusa ideal para ver de cerca cómo avanza este año el proyecto en el centro. Lo han llamado ‘Cuidamos nuestro cuerpo, cuidando nuestro huerto’.

Primera lechugas y guisante en los semilleros
del CEIP Alonso Berruguete
Si el año pasado ya arrancaron con pequeños semilleros de algunas variedades hortícolas, este curso han dado el gran salto, y con la ayuda del programa ‘A Huebra’, que recupera el nombre del toque de campana que avisaba a la gente de los pueblos de que había que hacer un trabajo comunitario –y que pretende, siguiendo esa misma filosofía, la mejora de espacios compartidos-, han conseguido unos bancales estupendos y un pequeño invernadero para transformar su patio en auténtico huerto.

Bancales e invernadero del CEIP Alonso Berruguete.
Esta nueva línea de trabajo, que viene a darle continuidad a la ‘Ecología Emocional’ del curso pasado, se suma a otros ejes estables, como son el mantenimiento de las Patrullas Verdes –que, según me contaron funcionan mejor en unos cursos que en otros- y a la mejora de la convivencia con el reparto y diversificación de espacios de juego en el patio.

Leyendas alusivas a los cultivos del huerto escolar
 decoran los espacios interiores del CEIP Alonso Berruguete.
Y a todo esto, se me ha venido a la cabeza un libro que leí hace tiempo y que, creo, viene muy al caso. Jorge Riechmann es filósofo, traductor, poeta, activista ecologista y no sé cuántas cosas más, así que no sigo porque se me acaba el espacio de este post. En su faceta de ensayista, hace años empezó una suerte de trilogía de la autocontención, de la que yo solo me he leído la última entrega, ‘Gente que no quiere viajar a Marte’.

Básicamente, su tesis se podría resumir en lo siguiente: partiendo de que la idea de progreso que se ha instalado en los últimos siglos –heredera de la Ilustración- está muy vinculada al control y dominio sobre la naturaleza derivada de los avances científicos y sus aplicaciones técnicas, habría que ‘ilustrar la Ilustración’, parar incorporar los problema ambientales –que hace tres siglos ni siquiera se vislumbraban-, apoyándonos, no solo en la ciencia, sino también en la responsabilidad moral.

Él identifica como igualmente reaccionarias, tanto la visión tecnoentusiasta –con una fe ciega en que la tecnología nos salvará de cualquier apuro-, como las huídas a esa Arcadia perdida –que reencanta un pasado que, seguramente, nunca existió-, pero que en el momento actual sería inviable. Decía el fallecido sociólogo polaco Zigmunt Bauman que “la distancia que separa la contabilidad ficticia del capital de la contabilidad real de los ecosistemas es el desafío ético de la globalización” y por ahí van los tiros.

Fijaos que ha llovido ya desde que en 1972 el matrimonio Meadows redactara el famoso informe para el Club de Roma ‘Los límites del crecimiento’, ninguneado por el sector más interpelado, o sea, el de la economía ortodoxa. Ni sus revisiones posteriores, más pesimistas aún –ya que corroboraban las tendencias apuntadas-, han conseguido poner en el centro del debate la evidencia científica más determinante de su veracidad. La segunda ley de la Termodinámica, o de la entropía, nos viene a hablar de la irreversibilidad de los procesos, y es la restricción más elocuente a un crecimiento que devora energía en un escenario que impone límites a la eficiencia. Vamos, en román paladino, que no hay más cera de la que arde.

Y por eso, el hilo sobre el que gira el libro es la necesidad de dedicarnos, mejor que a la minería en Júpiter –en una, nada disimulada, crítica al afán expansionista y colonizador de nuestra civilización, y a las inversiones en la carrera espacial-, a la jardinería en la Tierra. Porque ya lo decía Manuel Sacristán, "lo primero que se le ocurre a uno críticamente es que si tan fácil es hacer habitable la Luna y Júpiter, por qué no mantener habitable la Tierra. Con toda seguridad sería más fácil.”

Tareas de acondicionamiento de la tierra en el
CEIP Marqués de Santillana, de Carrión de los Condes.
Como este blog está dirigido, especialmente, a docentes termino enlazándoos una batería de recursos para poder iniciar este viraje hacia el planeta Tierra, cuidando y cultivando la tierra, y asumiendo nuestra finitud y nuestra cualidad de ‘seres fronterizos’, solo conteniéndonos reconocemos la alteridad, solo asumiendo nuestros límites, dejamos espacio a ‘los otros’ (incluida la Tierra que nos acoge)…

Agroecología Escolar, un completo manual escrito al alimón por un biólogo y una profesora, que invita a repensar la educación contemporánea, desde su forma, currículo, cultura, práctica…

Eskola Baratzea, portal de huertos escolares del Gobierno Vasco, con información y recursos didácticos para trabajar los huertos escolares ecológicos.

Red de Huertos Escolares Participativos Ecológicos de La Rioja, un completo portal web con materiales didácticos, manuales, calendarios de cultivos y todos los recursos que os podáis imaginar.

Las más peques del CEIP Marqués de Santillana riegan sus plantas:
en breve las trasladarán al huerto de su propio patio.
Post scriptum: cuando estaba a punto de terminar esta entrada me ha llegado un correo de la coordinadora del Programa Escuelas para la Sostenibilidad en el CEIP Marqués de Santillana, de Carrión de los Condes. Se han incorporado este año, pero se lo han tomado con muchas ganas y prueba de ello son algunas de las fotos que me envían y que me han venido que ni pintadas para ilustrar los últimos párrafos de este post.

Es habitual que niños y niñas visiten las huertas cercanas de su propio
pueblo (muchas veces, hasta de familiares) y se abastezcan de semillas.


No hay comentarios:

Publicar un comentario